domingo, 13 de enero de 2013

VERÓNICA RUÍZ: “no me arrepiento de haber estado haciendo gimnasia desde los tres años”

Verónica Ruiz en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008
Foto del perfil de Facebook de Verónica Ruiz




Verónica Ruíz Domínguez es una ex gimnasta de rítmica que tuvo sus primeros contactos con la selección española siendo junior, y con tan solo 16 años ya era miembro del equipo nacional. Ha participado en numerosas competiciones internacionales como miembro del conjunto español y compitió en Los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
Esta ex gimnasta onubense lleva casi cuatro años retirada después de su gran carrera deportiva, ha tenido que labrarse un futuro al margen del deporte al que le ha dedicado la vida y todavía no tiene 24 años. Huelva es una ciudad pequeña donde la gimnasia rítmica está muy arraigada, prueba de ello es el trofeo internacional “Diputación de Huelva”, organizado por el decano de la rítmica onubense, el Club Rítmico Colombino, pero aún así mucha gente de Huelva jamás ha oído hablar de Verónica Ruíz.
-¿Cómo fueron tus inicios en la gimnasia rítmica?
-Bueno pues yo empecé a hacer gimnasia gracias a mi hermana. Como a ella le gustaba mucho la gimnasia y el deporte en sí, me  quiso apuntar ella. Entonces me llevó a los entrenamientos de la escuela de este Polideportivo, el Andrés Estrada. Empecé aquí cuando tenía tres años.

-¿Cómo evoluciona la cosa hasta que ingresas en el equipo nacional?
-Poco a poco, a medida que iba haciendo competiciones me cambié de polideportivo y entré en la escuela del Club Rítmico Colombino. A medida que iban pasando los años iba, se puede decir que destacando, y cada vez iba yendo a más campeonatos: campeonatos de Andalucía, campeonatos de España… y luego, en los campeonatos de España, había lo que llamo yo hoy “ojeadores”, que eran los que seleccionaban para el equipo nacional. Me empezaron a hacer pruebas y a medida que las iba superando, me empezaron a llamar  para hacer concentraciones hasta que me seleccionaron para estar primero en el equipo junior, para ir al campeonato de Europa. A partir de ahí  ya me fueron mirando y entré en el equipo nacional en el año 2005.

-¿Quién fue la seleccionadora que se fijó en ti?
-Pues no sé si era…. Nina Vitrychenko…. o la que está ahora, Anna Baranova. No me acuerdo muy bien porque era pequeña. Ana Baranova creo que fue, la actual entrenadora de la selección

-¿Cómo definirías tu experiencia en la selección? Un entrenamiento de élite es duro, y a eso se le suma un deporte de mucha exigencia a una edad temprana.
-Claro, yo llegué al equipo nacional con 16 años y al principio costó bastante porque las horas de entrenamiento eran el doble de lo que yo entrenaba aquí en Huelva, había más exigencias, más presiones, y al final pues  lo de siempre. Echas de menos a la familia, más cuando tienes 16 años y eres todavía pequeña. Hombre, fue difícil, sobre todo al principio y  yo creo que incluso el primer año costaba. Ya al final te vas acostumbrando, ya tienes tus amigas y eso parece más una familia, pero siempre que estás fuera de casa se echa de menos a mucha gente.

-¿Cuántas horas entrenabas cada día y dónde te alojabas?
-Entrenaba en el centro de alto rendimiento de Madrid y me quedaba en una residencia que se llama Joaquín Blume, que es donde están todos los deportistas de los equipos nacionales de todos los deportes. Los entrenamientos normales duraban alrededor de 8  horas diarias y los combinábamos con el colegio.

-¿Consideras que en la selección se realizan prácticas abusivas? María Val, que estuvo en el equipo junior de la selección, cuenta cómo le controlaban el peso mañana tarde y noche y cómo Esther Domínguez se volvió anoréxica.
-Hombre, yo creo que ha mejorado con el tiempo. La gimnasia está siempre mal vista por todo lo relacionado con la anorexia, con que nos controlan mucho. ¿Qué si controlan mucho el peso? Pues yo he estado con varias entrenadoras y había entrenadoras que en un período de pretemporada en el que la gente se relaja y está más rellenita pues, hombre, sí que estaban más abusivas con el tema del peso. Yo creo que poco a poco esto ha mejorado con el tiempo y yo nunca he tenido mucho problema. Que te vigilan y te controlan el peso…pues sí, incluso había temporadas que todos los días. Pero yo creo que no estamos en un momento en el que haya mucho problema. Todas las niñas saben lo que tienen que pesar más o menos y la entrenadora te puede dar un toque de atención, es verdad que nunca lo puede hacer de manera abusiva. Vale que a lo mejor en la época de María Val, que entró con 12 años y tiene 3 o 4 años más que yo , estaban más centrados en ese tipo de cosas, pero bueno, yo creo que las entrenadoras que están ahora mismo para nada. Ya eso no es un problema.

-¿Es difícil compatibilizar los entrenamientos y la competición de élite con los estudios?
-Eso por supuesto. Es casi imposible. Vamos, yo cuando entré en la Universidad sólo me dejaban ir a una o dos asignaturas, o sea que eso yo lo veo casi imposible. A lo mejor para que te presentes a una o dos asignaturas, muy bien, pero para hacer un curso completo como cualquier persona no. A mí en el año de la olimpiada no me dejaron estudiar, porque nos coincidían los entrenamientos con el horario de la Universidad o del colegio y no íbamos.

-En Pekín no pudisteis alcanzar una buena posición como lo ha hecho el actual conjunto en Londres, con ese cuarto puesto. ¿Cómo fue tu experiencia en los Juegos Olímpicos?
-Hombre, yo me sentí muy contenta porque no todo el mundo puede llegar ahí. Claro era mi sueño desde que era pequeñita, y cuando llegué pues… no sé, te quedas impresionada de ver que estás ahí. Tampoco te lo crees mucho pero dices…es que estoy ahí en unos Juegos Olímpicos. Mi experiencia fue buena, me lo pasé muy bien, conocí a mucha gente…pero bueno, la competición no nos salió… no fue el mejor día pero bueno, en realidad puedo decir que fue una experiencia impresionante, increíble, quitando el momento de la competición que  hemos hecho muchas mejores, para mí fue una pasada.

-¿Cuándo te retiraste definitivamente de la gimnasia rítmica?
-Pues me retiré en el 2009 porque ya llevaba arrastrando una lesión en un pie desde el 2008, y ya después de la olimpiada cuando hicimos un pequeño descanso y el cuerpo se puso frío, me vino ya la lesión fuerte. Al final, en 2009, en el mes de marzo me tuvieron que operar del pie, me quitaron un huesecillo que tenía machacado, lo tenía roto roto y claro, eso me impidió seguir con la gimnasia y al final me retiré por mi salud.

-¿Cómo ves el equipo de gimnasia rítmica actual de la selección? Ese diploma olímpico ha sido un logro importante.
-Yo creo que ahora está la cosa bastante bien, primero porque están obteniendo buenos resultados y en el tema de la política que hay aquí en este deporte, pues las tienen ahí arriba ahora mismo. Entonces yo creo que se tienen que aprovechar de este momento en el que ahora las jueces, pues les están puntuando bien y  están ahí arriba a la vista de todos. A ver si pueden ganar alguna medallita e Río de Janeiro en 2016, así que esperemos que no se relajen y que podamos conseguir cualquier cosilla. Yo lo veo ahora bastante bien, además es un equipo que ya se puede decir veterano: seis de las gimnastas estaban ya entrenando en los anteriores Juegos y es un equipo ya fuerte. No como otros equipos que, al final de un ciclo olímpico todas las gimnastas se retiran, que es lo lógico. Pero como ellas están muy contentas, son gimnastas, podríamos decir, pequeñas de edad. Yo las veo fuertes para seguir tirando todas para los siguientes Juegos Olímpicos.

-¿Ha habido alguna persona que haya sido clave e tu carrera deportiva, en la que te hayas apoyado y haya sido insustituible?
-Para mí insustituible ha sido mi familia. Ha habido entrenadoras que te ayudan en cualquier momento que lo necesites, pero hombre, como mi familia, mis padres y mi hermana, no creo que haya habido nadie en mi carrera deportiva. Mis padres y mi hermana.

-¿Has tenido algún referente?, ¿Alguna gimnasta o deportista a quien tú hayas admirado y hayas querido imitar?
-Siempre me han gustado las gimnastas individuales. Me ha gustado siempre la actitud de Almudena Cid, que ha estado muchos años. Yo la admiro porque la verdad es que la chica se ha portado muchísimo, siempre ha estado ahí para los buenos y los malos momentos. Luego en cuanto a gimnastas que me han gustado mucho desde siempre, Anna Bessonova me ha gustado desde que era pequeñita.

Verónica con su hermana, Rocío Ruiz, en Pekín
Foto del perfil de Tuenti de Rocío Ruíz

-Se le tiene a Bessonova mucho cariño en España.
-Claro, mucho mucho.

-¿Tienes algún recuerdo que te haya dado la gimnasia y que sea inolvidable para ti?
Tengo varios. Uno de los momentos fue cuando era pequeñita. Era alevín, creo, y gané el campeonato de España absoluto en Córdoba. Ese fue un momento que creo que no se me va  a olvidar. Otro puede ser cuando me clasifiqué para las olimpiadas porque no tuvimos un buen campeonato en cuanto a enfermedades y lo pasamos un poquillo mal. Estábamos con gastroenteritis y pasamos con una quinta posición en el campeonato del mundo, uno de los momentos que tampoco se me va a olvidar. Yo creo que esos dos momentos son los más significativos, ni la olimpiada ni nada, esos son los dos momentos claves de mi carrera.

-Ahora que estás retirada, ¿cómo ves tu futuro profesionalmente, vinculado a la gimnasia o por otra parte?
-Después de que terminé con el deporte me quedé aquí en Madrid y empecé a estudiar en la Universidad Complutense fisioterapia. Es un tema deportivo por decirlo así. Tiene una parte deportiva pero es más serio. Yo ya he hecho mi carrera, he hecho mi especialidad y ahora estoy trabajando sólo como fisioterapeuta. En cuanto al tema de gimnasia… pues mira, sinceramente ahora no me veo yo entrenando a niñas ni nada porque es una cosa que… yo creo que necesito todavía más devoción para eso. Yo estoy centrada en mi carrera, en mis estudios y ahora mismo de gimnasia no tengo yo muchas ganas, por decirlo así. Yo tengo mi título de entrenadora nacional, tengo todas mis cosas pero… por si en algún momento fallase lo de fisio, pues dedicarme si no tuviese otra cosa, a entrenar niñas si me lo propongo… pero de momento no quiero saber nada.

-Tu vocación es más de gimnasta que de entrenadora
-Exacto.

-Haciendo un balance de todo a día de hoy, ¿te ha merecido la pena ser gimnasta?
-Sí, eso no me lo replantearía. He perdido muchas cosas en mi vida de mi infancia, de salir con los niños de mi clase, de ir a cumpleaños y esas cosas. He tenido una infancia diferente a la de otras niñas, pero vamos, yo no me arrepiento de haber estado haciendo gimnasia desde los tres años. Me siento afortunada porque todas las niñas tendrían las mismas ganas que yo y he sido una de las únicas que ha podido llegar. Yo me siento una afortunada, yo valoro muchísimo a todas las niñas que hacen gimnasia, que lo hacen todo por seguir un sueño, el sueño que seguía yo cuando era pequeña. Me da mucha alegría haberlo conseguido porque yo sé el esfuerzo que se necesita y también un poquito de suerte, por decirlo así. Yo no me arrepiento de nada y, lo que te digo, muy afortunada me siento.

-La gimnasia sí te ha llenado, pero ¿crees que en la sociedad la gimnasia tiene reconocimiento? ¿te abre puertas ahora el haber estado en la élite?
A ver, en realidad, no…porque… como ahora las gimnastas del equipo nacional, cuartas en una olimpiada, ahora todo el mundo: “ay sí, la gimnasia”, pero en cuanto estas niñas se retiren a ellas no las va a recordar nadie. Un futbolista o uno de baloncesto pues, estupendo, él va a vivir de eso, de su fama, pero en la gimnasia no pasa eso. Como no tengas unos estudios, que es el principal problema que existe con las gimnastas, te vas a la calle y ya no tienes nada que hacer. Ese es el principal problema que hay. Entonces la gimnasia no es reconocida en la sociedad para nada, a no ser que seas buenísima y seas como Almudena Cid, que ha estado en 4 Juegos Olímpicos y que tiene además un novio que está ahí en la fama, que la puede ayudar. Pues mira, así sí, pero en cuanto miras a las que quedaron primeras en Atlanta, a esas 6 chicas las recordamos nosotros que estamos dentro de este mundo, pero cualquier persona de la calle no las recuerda.

-Sí, la más crítica con ese tema ha sido Tania Lamarca, como cuenta en su libro “Lágrimas por una medalla”, dice que no se siente compensada por esa medalla de oro.
-Su medalla la recuerda poca gente. En cuanto a la sociedad, le preguntas a cualquier persona de la calle y no lo sabe.

-¿Qué le dirías tú a las gimnastas que tienen ahora sueños como tú los tenías?
-Pues bueno, que nunca hay que tirar la toalla, conseguir cosas en gimnasia es bastante complicado. Claro que es complicado, pero quien no lo intenta no lo va a conseguir, así que, que por lo menos luche por lo que quiere y que llegue hasta el final. Que luche todo lo que pueda, yo le diría eso.

-Tú perseguiste tu sueño y lo conseguiste, y además tú que eres de Huelva, le has dado a tu provincia renombre.
-Hombre, viéndolo así sí, yo he sido la primera deportista de Huelva que ha ido a una olimpiada. Chicos si habían ido ya varios, cuatro o cinco, pero chicas todavía no. No había ido nunca una mujer de Huelva y yo me siento orgullosa de haber sido la primera.

-Y Huelva muy orgullosa de tí también, sobre todo el entorno de la gimnasia, que te ha seguido y te ha apoyado siempre. Por eso quería hablar cotigo hoy

-Muchas gracias (ríe)

-Gracias a ti.